Hace sólo un mes, Francia anunciaba la aprobación de la Ley Avia, destinada a combatir el contenido de odio en internet, que obligaba a plataformas y motores de búsqueda de Internet, a retirar los contenidos “manifiestamente” ilícitos, en 24 horas.

Este mes, el Tribunal Supremo francés la declaró inconstitucional.

En el Boletín pasado, explicamos que lo que estaba en la balanza de discusión, era la libertad de informar por un lado y la protección de los espectadores, por otro. En América Latina, tenemos la misma discusión.

Por eso es que resultan tan atingentes los conversatorios organizados por Observacom, y cuyo puntapié de inicio fue el conflicto Trump v/s Twitter, una pelea inédita en la que una red social decide combatir al Presidente de los Estados Unidos.

Entretanto, el Senado de Brasil ha aprobado una ley contra las fake news, pero hay muchos detractores. ¿Qué puede aprender la región de estos dilemas, antes de adelantarse a aprobar leyes express?

Podemos tener diferente opinión sobre poner límites a las plataformas, pero se debe poner atención a proyectos de ley que buscan regular discursos de usuarios de redes sociales. Hay que avanzar proactivamente para proponer alternativas que logren garantizar la libertad de expresión, especialmente frente a empresas y gobiernos.

 

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