Nota publicada en El Mercurio.11.08.19
Según un reciente estudio del CNTV, existen pocos espacios dirigidos a los menores en la pantalla abierta. Además, los adultos reconocen no fiscalizar el tipo de contenidos a los que se exponen sus hijos.
La relación de los niños con la televisión abierta hace años que está fracturada. Con una oferta cada vez más escasa, los niños y sus padres buscan opciones de entretención en la TV de pago o internet, y los teléfonos inteligentes son el principal medio para acceder a ellas. Pero un reciente estudio del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) indica que aunque los padres consideran adecuado que sus hijos busquen opciones en las nuevas plataformas, también temen que accedan a contenidos no aptos para su edad y que ellos no tengan las herramientas para fiscalizarlos.
La investigación que se realizó con 806 padres y madres de hijos menores de 17 años de todas las regiones del país, indica que los niños de entre 0 y 17 años ven mayoritariamente TV de pago para público infantil (31%); canales de YouTube infantil (26%); canales de TV pago general (17%); aplicaciones de streaming de cadenas infantiles (13%) y TV abierta (13%).
Además, la curva de consumo a través de smartphones crece con la edad: si entre los 0 y los 5 años el 61% de los niños ve televisión a través del teléfono, entre los 6 y los 12 años la cifra sube al 71% y entre los 13 y los 17 años a 90%.
Los niños y adolescentes han disminuido el consumo de TV abierta debido a la escasa oferta. Según la Encuesta Nacional de Televisión 2018, que realiza el mismo organismo, el año pasado la oferta de contenidos infantiles fue la más baja del último tiempo, representando apenas el 0,9% del total de la programación de los canales.
El 70% de los padres, además, considera más adecuado que los niños entre 0 y 5 años busquen alternativas en los canales de cable infantil y el 71% prefiere que lo haga en YouTube y el 26% que elija aplicaciones de streaming (26%). Solo el 9% cree que ese segmento debiera ver TV abierta y el 10% considera apropiados los canales de pago de contenidos generales.
En tanto, el 65% de los padres de niños entre 6 y 12 años buscan alternativas en los canales de pago infantil; el 59% en You- Tube; el 33% en aplicaciones; el 20% en los canales de pago generales y el 19% en la TV abierta. La opción de los padres porque sus hijos vean la pantalla local disminuye en los adolescentes: apenas el 9% de ellos cree que sus hijos de entre los 13 y 17 años debieran ver canales de libre recepción.
Esta encuesta revela el gran cambio en las formas en que ven televisión los niños, niñas y adolescentes en Chile y supone tanto un desafío para los padres y cuidadores como para el Consejo Nacional de Televisión, dado que el contenido audiovisual tiene un gran impacto en la formación y educación de nuestros hijos’, dice la presidenta del CNTV, Catalina Parot.
Agrega que la retirada de la TV abierta es lógica: ‘Si no hay programas para este público, la audiencia migra a otras plataformas, donde no hay garantías de que los contenidos ahí emitidos sean adecuados para su edad y etapa de desarrollo’.
Sin filtro
La encuesta también revela una realidad preocupante: los padres temen que sus hijos vean contenidos no acordes a su edad, pero no saben cómo fiscalizarlos. En términos generales, el 45% de los padres encuestados cree que su hijo ve contenidos que ellos desconocen, mientras que el 55% opina lo contrario. Pero si se desglosa por grupos etáreos los porcentajes son mayores: el 71% de los padres de hijos de entre 13 y 17 años dice no saber lo que consumen sus hijos, mientras que esa cifra es del 46% entre aquellos del segmento de 6 a 12 años y del 15% en el caso de los pequeños de 0 a 5 años.
El temor de los padres a no poder controlar el consumo de los contenidos de niños y adolescentes se acrecienta porque señalan desconocer o no saber utilizar las herramientas de control parental de las que disponen a través de los servicios que les entregan los cableoperadores —por ejemplo, la opción de bloquear canales— o la sincronización de teléfonos que permite saber qué está viendo un menor. Mientras el 44% dice conocer y usar las herramientas de control parental, el 31% confiesa no conocerlas y el 25% afirma que las conoce, pero no las utiliza.
Un dato adicional y que habla de las diferencias que se hacen entre los hijos de acuerdo al sexo, es que mientras a los padres de varones les preocupa mayormente la cantidad de horas que sus hijos se exponen al teléfono, a los de mujeres les inquieta que estos contenidos sean inapropiados para su edad por ser, por ejemplo, contenidos sexuales o demasiado violentos.